Viernes, 19 de Febrero del año 2021
Como todos los viernes desde hace unos meses, hoy he ido a la copistería «a hacer fotocopias», en realidad he ido a imprimir el archivo del examen. Sale más rentable pagar cuatro céntimos por cada una de ellas que tener en casa mi propia impresora.
A mediodía el sol resultaba violento para las mitades de Febrero.
Dos frases en mi mente han dado forma al incordio que supone salir de casa, coger el coche, aparcar, etc., etc., esas dos frases son las siguientes: «Como voy a perder toda la mañana, como no voy a poder estudiar todo el planning de hoy», sorteándolas, he aprovechado el impasse yendo a la peluquería a cortarme el pelo (a pegarme la chollada que decíamos los jóvenes en la década de los 90. Ignoro cuál es hoy en el argot urbano el término que emplean los chavales cuando se cortan el pelo).
También he ido a la farmacia. Y al súper (gel de ducha; pan de molde; café; un tarro de altramuces… y una empanada que he devorado mientras volvía de camino).
La NASA ha puesto otro Rover en Marte, el Perseverance. ¿Llegó ayer? No lo sé… estoy muy metido en la oposición, demasiado aislado del mundo. Todos se han acostumbrado a este hito estadounidense. Nos parecen normales las fotografías del suelo marciano. A algunos de nosotros, sin embargo, las puestas de sol en Marte nos han hecho reflexionar sobre los atardeceres que ocurren en nuestro universo con la luz de otras estrellas y en la superficie de otros planetas.
«No he podido coger mis cosas» decía una mujer de pelo negro; una mujer angustiada; «No he podido coger mis cosas». En Palos de la Frontera, Huelva, se ha quemado lo que creo debió de ser una especie de chabolado. Ella no ha podido coger sus cosas. Con su cara en la televisión, escuchaba esas tristes palabras, y pese a ser consciente de que esa señora no debía tener ni muchas cosas ni de gran valor económico, ¡pese a ello!, me ha dolido infinitamente que un ser humano pierda sus cosas.
¡Sus cosas, joder, sus cosas! Eran suyas y de nadie más. Tenía todo el derecho a conservarlas.
Persevera, mujer de negro pelo, persevera… le he dicho a la imagen bidimensional que de ella había en la pantalla.
Queman Barcelona. Los motivos, los verdaderos motivos de la quema de la capital catalana son demasiado complejos para abordarlos en mi diario. Sólo escribiré que el 99% de los barceloneses ve cómo destroza su ciudad el 1% restante.
Todo esto no es una paradoja sensu stricto pero sí resulta muy curioso.
En mi niñez Febrero era un mes tormentoso, pero la tormenta provenía del cielo. La Humanidad avanza poco a poco a través del sistema solar, pero yo personalmente creo que avanza pero también se estira; no en vano la mujer del cabello largo y oscuro hoy ya no tiene sus cosas y sin embargo varias agencias científicas recogen a estas horas múltiples datos que nos harán entender mejor la Naturaleza. ¿Debo perseverar yo en el estudio de mis oposiciones? ¿Debe hacerlo la mujer de pelo negro? El Perserverance está programado para perserverar.
El peluquero me ha tratado en todo momento muy bien (demasiado bien) porque tiene mucha competencia a su alrededor y no quiere perder clientes.
Los incendiarios, en su propósito de incendiar, tampoco van a parar.
En la hoja de este diario, en su final (quizá la semana que viene, o la otra, vuelva a escribir), me gustaría ver el Aleph de Borges: el salto interplanetario; un examen muy exigente; una mujer que ha perdido todas sus cosas, un bandido y su antorcha; un invierno caluroso; un hombre escrbiendo.