Ah, la mente… (tú ahora estás dentro de mi mente aunque no seas consciente de ello). La mente emerge en ese vasto océano, que es muy calmoso y también picado y despiadado, un mar negro, pero un mar azul.
La mente… dicen los filósofos que el mundo no puede ser sino la mente del individuo.
He decidido hace unos pocos segundos permitirte a ti y sólo a ti un corto paseo por mi mente. ¿Ves el pasillo de un hospital con la luz entrando al final del mismo a través de una ventana que dibuja un día claro pero cubierto, cubierto con esa luz diáfana y difusa?
Estás en mi mente. Así es mi mente…