No me sigas, dale al botón de WordPress y deja de leerme. Lo que yo escribo aquí no es de tu incumbencia. Lárgate. Venga, arreando. Vete por ahí. Ni tú tienes un motivo para leer este blog ni yo te lo voy a dar. Vete a Instagram, al TikTok; entretente en otro sitio, aquí no se te ha perdido nada. Tú y yo no vamos a ser amigos. No vamos a ser una mierda. No siento el menor interés por tu persona y espero que seas coherente dado el modo en que te estoy despreciando. Ni me interesas tú, ni lo que te pase en el futuro, ni a ti ni a tu familia. No voy a leer tu opinión sobre el mundo. No quiero saber a quién le votas; qué te parece la última película de Nolan; ver las fotos de la comida que comes; las portadas o los párrafos subrayados de los libros que lees. No me interesas en absoluto. ¿Por qué coño sigues leyendo? ¿Qué pasa, necesitas que te insulten y que te peguen para irte? Lárgate, subnormal. Imbécil. Me cago en todos tus muertos, hijo de puta. Tu madre es una perra y tu padre es un mamarracho.
Púdrete.