#151 Breves. Grieta

Le contestó a su mujer, no sin cierta irritación, que aquella noche no iba a cenar, porque prefería seguir escribiendo durante un rato. “A las doce subo a la cama. Tengo que terminar esta página”. En el rostro de su esposa él advirtió la insatisfacción con total claridad. “Ana, por favor, necesito estar solo y concentrarme en la escena que escribo”, pero Ana cerró la puerta de modo brusco antes de que él terminara la frase.

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