El impulso de escribir. Pedro Mairal. Los cuadernos de Vieco
Pero uno se sienta frente al teclado para escribir y esa ilusión de gracia se vuelve torpeza, como quien soñó que bailaba livianamente y una vez despierto intenta sin suerte hacer lo mismo. Quizá lo que llaman oficio de escritor no sea más que ser capaz de soportar esa desilusión.
Totalmente de acuerdo… Soy un torpe del lenguaje correcto…
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