Tienes miedo. No quieres soltar la pequeña tabla de madera porque te hundes y te ahogas. «A lo mejor puedo nadar. Sí. Podría nadar muy rápido como los delfines». El mar te amenaza cerrado y oscuro. Te hundirás. Tienes miedo. Mucho miedo. «¡Mira cómo nadan los delfines! Yo también voy». La tabla de madera está muy rota, pero servirá. Cuidado, ten mucho cuidado. «Los delfines».
Más en #microrrelatos.