Hace escasamente unos minutos me ha sucedido algo muy curioso mientras leía la novela La mo… de Th… y que a continuación os paso a contar: en uno de los mejores pasajes de la historia, he decidido, como casi siempre que unas líneas concretas me sobrecogen por su belleza o por su profundidad, subrayar algunas de sus palabras. Lo he hecho con dos bolígrafos, uno azul y otro rojo, pero, a medida que iba enmarcando los párrafos, he sido consciente de que esos dos bolis son los mismos bolis que utilizo en mis resúmenes para la oposición que actualmente estoy preparando. En mi cabeza han emergido los dos planos dada la feliz coincidencia provocada por los bolígrafos…
Dos Bics baratos, dos artilugios inanimados han alumbrado, por un fugaz momento, mis dos grandes pasiones; han sido el nexo de unión de dos universos alejados hasta lo indecible y, de un modo inasible, en sus dos antagónicos colores me he visto reflejado a mí mismo.
¿Puedo saber a qué te preparas? ¿Secundaria quizás? Por ofrecerte un vaso de agua.
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Ojalá… Debí estudiar letras, pero nadie me guió. Estoy en el bando contrario, estudié ciencias.
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